12.1.09

¿Por dónde empezar? Ser útil.

Gobernar no debe ser tarea fácil, mucho menos un país con tantas urgencias como la República Dominicana.

¿Invierto en educación?

¿Me concentro en resolver el problema del costo y suministro de la electricidad?
¿O mejor doy todo mi apoyo a la salud?
¿Enfrento la inseguridad en calles, negocios y viviendas?
¿Me ocupo primero de la crisis moral como me piden desde el púlpito?
¿Bajo los impuestos, como me aconseja el empresario?
¿Bajo las tasas de interés, subo los salarios, complazco a fulano, recibo a mengano, ignoro a zutano?

De volverse loco. Ya lo creo. Porque será imposible resolver y atender satisfactoriamente todas las urgencias y complacer a todos.

El problema es que impedidos de ser exitosos en todo, urgidos de salud mental y de dejar su impronta en la historia, los gobernantes optan por no hacer caso ni a unos ni a otros y seguir propia agenda, que a veces y por momentos coincide con las urgencias ciudadanas. Rápidamente olvidan para qué y porqué fueron elegidos y qué cosas espera la población que hagan.

Quizás, pienso, que nos ha hecho falta un ejercicio de gobierno modesto, bueno, que atienda los asuntos cotidianos, con soluciones sencillas y que no olvide que se le ha dado poder para que apoye y estimule lo que ya venimos haciendo los ciudadanos y ciudadanas desde hace tiempo, muchas veces con dificultad y siempre con gran esfuerzo y sacrificio.

Apoyar y estimular lo que vienen haciendo los ciudadanos y ciudadanas, para empezar. Si lo hace será querido y recordado como un gran gobierno.

El gobierno está en condiciones de estimular la creación de empleos y proveer crédito a buen precio que apoye el esfuerzo emprendedor de los dominicanos y dominicanas. Más empleos porque mejorarán los ingresos, elevarán el consumo de bienes y servicios y crédito a buen precio porque estimulará la creación de riquezas y empleos, dinamizará el consumo y fortalecerá las finanzas públicas con las que se atenderán otras urgencias, entre ellas la educación, la salud, el transporte y la vivienda.

La clave para el éxito de un gobierno es no olvidar nunca que primero fueron los ciudadanos y ciudadanas, luego el gobierno que estos eligieron y que de él bastaría que fuera útil.

¿Por dónde empezar? Ser útil.

Erwin Karl Wieland
Residente en Higuey

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