3.11.10

Punta Cana ecoturismo y medio ambiente

Los proyectos de desarrollo sostenible que ejecutan la Fundación Ecológica Punta Cana y los hoteles Meliá y Palladium en el principal polo turístico del país, así como los que se implementarán en los próximos meses en la laguna de Bávaro, visten de ecología un destino que, con todo y ser una referencia mundial, nunca ha sido resaltado por ofrecer opciones ecoturíticas o de aventura a los visitantes.

Y es esa, precisamente, la imagen que el Clúster Turístico de La Altagracia quisiera promover en lo adelante: la de un destino de calidad que conjuga los más hermosos paisajes playeros del este dominicano con experiencias ecoturísticas placenteras.

PARA HACER FRENTE a la arrabalización y al crecimiento desordenado de Verón-Punta Cana, el presidente de la Asociación de Hoteles y Proyectos Turísticos de la Zona Este y presidente del Clúster Turístico La Altagracia, Ernesto Veloz, dijo que ambas entidades forman parte de una comisión que ha elaborado un plan de desarrollo territorial a 15 años que trabajará la planificación y el desarrollo de proyectos en el distrito municipal.

Para principios de año se espera la conclusión de la primera etapa de una estación de bomberos que funcionará de manera privada y beneficiará a la comunidad y a las 65 unidades hoteleras ubicadas en la zona.

Turismo ecológico y desarrollo
Jake Kheel, director ambiental de la Fundación Ecológica Punta Cana, establecida en 1994 como un proyecto independiente del Grupo Punta Cana, asegura que la empresa siempre ha dedicado una parte de sus actividades al desarrollo sostenible y económico, a la integración de las comunidades y a la protección ambiental.

“Esa es una combinación importante, porque si no se protege el medio ambiente y si no se conservan buenas relaciones con la comunidad, se está dañando el producto turístico, porque los dos atractivos más grandes que tiene el país y que atrae a los turistas son las personas, la comunidad y los recursos naturales. Nosotros hemos dedicado mucho esfuerzo, muchos recursos, mucho tiempo y mucha energía a ese concepto de desarrollo sostenible”, indica Kheel.


Así, destinan un terreno de 1,500 acres a las investigaciones científicas y a proyectos pilotos de diferentes actividades turísticas, desarrollo sostenible y comunitarios.

Desde el Centro de Sustentabilidad, creado en 2001, atraen instituciones académicas extranjeras y locales para que realicen aquí investigaciones conjuntas con la fundación, “grupos con una capacidad intelectual que les puedan agregar valor a los diferentes proyectos de nosotros y realizar investigaciones para la propia empresa”, dice Kheel. Unos 250 estudiantes al año usan las instalaciones y los recursos del centro.

Las informaciones que resultan de las investigaciones las utilizan para elaborar estadísticas que indiquen el desarrollo y crecimiento del distrito municipal y las comparten con la Asociación de Hoteles y el ayuntamiento.

Descarga Cero. Uno de los programas más exitosos de la Fundación es el de manejo integral de residuos y reciclaje, un proyecto llamado “Descarga Cero” que ha logrado reducir los costos de mantenimiento del Grupo de 17,000 a 4,000 dólares mensuales. Su objetivo es minimizar y eliminar la cantidad de residuos producidos en el complejo. Desde el 2007 también clasifican los residuos del Aeropuerto Internacional de Punta Cana, el más importante en cuanto a recepción de turistas, logrando reciclar el 50% de los desperdicios que se producen en la terminal.

Como atractivo ecológico, 12 manantiales de todos los tamaños escondidos entre la maleza y conectados por senderos imprimen al resort ese aire que muchos no asocian con los complejos hoteleros de playa y sol, y que Punta Cana Resort & Club ofrece como atractivo a sus huéspedes.

Laguna de Bávaro. El Clúster Turístico La Altagracia y el Ministerio de Medio Ambiente iniciaron un plan de manejo que adecuará este refugio de vida silvestre para las visitas ecoturísticas. Aunque los 15 kilómetros que originalmente formaban parte del área protegida creada en 1995 mediante decreto 309-95 han sido reducidos a sólo 5.8 kilómetros, Juan Carlos Sánchez, secretario del Cluster, indica que el proyecto aprovechará la zona de amortiguamiento y el espejo de agua de la laguna (de unos 3 kilómetros cuadrados) para desarrollar proyectos de senderismo, navegación en kayak y observación de aves. Si hay suerte, puede que los visitantes se topen con el Cyprinodon Higüey, un pez pequeñísimo endémico de la laguna de Bávaro descubierto por un biólogo que realizaba allí su tesis de investigación.

Actualmente la laguna sólo se puede avistar desde los edificios más altos de Cabeza de Toro y un pequeño trozo de agua se deja ver al final de un sendero de 200 metros habilitado por Medio Ambiente y que comienza en la caseta del Ministerio.

Más que por las opciones ecoturíticas, la laguna de Bávaro es famosa por las denuncias que han hecho los ecologistas de que muchos hoteles de la zona vierten allí sus aguas negras y contaminan sus aguas. Sánchez aclara que hace unos años se hizo un trabajo exhaustivo con los hoteles ubicados en el área y se les prohibió descargar aguas, tratadas o no, en la laguna.

OPINIONES SOBRE LOS PROGRAMAS
La fundación Punta Cana, dice Jake Kheel, trabaja con la comunidad de Verón temas de educación ambiental y desechos sólidos y se han interesado también en colaborar con los pescadores. Según Kheel, en cuanto a compromiso social e inversión, la colaboración de la mayoría de los hoteleros y empresarios de Punta Cana y de las autoridades de Turismo, tomando en cuenta la importancia de Punta Cana como destino en el Caribe y en el mundo, ha sido tímida.

Juan Carlos Sánchez, secretario del Clúster Turístico La Altagracia, indica que tratarán de implementar un programa de ecoturismo en la laguna de Bávaro de acuerdo con su plan de manejo, por lo que varios expertos diseñarán y evaluarán las rutas donde se podrá desarrollar el ecoturismo “sin comprometer el mandato de conservación, que es lo primero que tenemos que valorar antes de implementar un programa de visitación pública”.

Ernesto Veloz asegura que debido a los inconvenientes en la tramitación de permisos ambientales y a los desacuerdos con el Ministerio de Turismo en cuanto a cómo y dónde realizar los proyectos, Punta Cana tiene muchas ofertas de ocio, ecológicas y sostenibles que no se han podido aprovechar.

“No es posible que un ojo de agua espectacular, al que que puedes llevar gente a verlo, llegas y lo que encuentras son vacas...”.

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